Durante la noche nos podemos cambiar hasta 40 veces de posición y con ellas, el lugar donde apoyamos la cabeza. Todo ello nos puede hacer una idea de la función higiénica de las fundas de almohada. Además, el tiempo puede llegar a hacer estragos si no mantenemos adecuadamente cualquiera de los componentes sobre los que dormimos. Es lógico pensar que al igual que cubrimos los colchones para evitar el polvo y suciedad, hagamos lo propio con las almohadas.
Las fundas protectoras de almohadas evitarán su deterioro prematuro. Su puesta y cambio para el lavado se realiza en un sencillo gesto y con ellas se impide el paso a bacterias, moho y ácaros del polvo. Pero, además, comprar fundas de almohada de calidad evita la aparición de alteraciones de la piel. Irritaciones, alergias, prurito o acné pueden aparecer debido a una mala elección. Dado las fundas de almohada permanecen en contacto directo con la cara y el cabello, sus textiles deben ser siempre respetuosos con el organismo.
En Bedland podrás encontrar fundas que favorecen un descanso óptimo. Entre sus cualidades, destacan la impermeabilidad y la composición 100% natural de sus tejidos. Es el caso de nuestra funda de almohada transpirable Nhoa y sus características termorreguladoras. Gracias a su esmerada confección, la humedad no se absorbe y se impide que traspase al núcleo de las almohadas.
Encuentra en Bedland las medidas para cualquier tipo de cama. Disponemos de fundas de almohadas de 135 cm o fundas de almohada de 150 para camas dobles. Asimismo, un amplio surtido de fundas de almohada en diversas longitudes para camas individuales, además de diversos complementos para tu cama.